La puntuación en un Gran Premio se distribuye de la siguiente manera: una vez que los pilotos pasen por debajo de la bandera a cuadros de fin de carrera, según el orden de llegada se repartirán: 10 puntos para el primero, 8 para el segundo, 6 para el tercero, 5 para el cuarto, 4 para el quinto, 3 para el sexto, 2 para el séptimo y 1 para el octavo. Sólo clasificarán en dichas posiciones los conductores que realicen al menos el 80% de las vueltas completadas por el ganador de la prueba.
Las puntuaciones totales a lo largo del campeonato determinarán la posición final de los pilotos, y la de los constructores a partir de la suma de los puntos obtenidos por sus corredores.
A lo largo de los años, el orden de puntuación ha ido variando, pero siempre se ha premiado más a los primeros que a los últimos, excepto entre 1950 y 1959, que también puntuaba el piloto que registrase la vuelta rápida de la carrera. Así mismo, en aquella época, se premiaba con medio punto al piloto que consiguiera la "pole" en la sesión de calificación. Esto se suprimió a partir de 1960 tras la queja de algunos participantes.
En el sistema de puntuación se valora la regularidad a lo largo de todo el campeonato, por encima del número de victorias conseguidas.